sábado, 21 de mayo de 2011

El guardián entre el centeno

   Se quejaron del libro, del examen, del tiempo disponible para el examen, del lenguaje a veces soez que emplea el protagonista, de sus muletillas (jo, y eso, ...), de los nombres tan raros que gastan los personajes, de la multiplicidad de aventuras que trenzan la trama, de la caótica forma de narrar que sigue el personaje principal, de su carácter, de sus estados de ánimo, de sus repetidas quejas por nada y de sus críticas directas a casi todo.
  -Maestro, a mí el Holden este me da coraje.

   Pero luego se pusieron a escribir apretando con rabia los bolis, sacando la lengua, clavando bien los codos en la mesa. Yo estaba allí sin decir oste ni moste y atento solo a un zumbido, a un leve y aleve rumor, a unas como palabras ininteligibles que mascullaban entre dientes y que no conseguí descifrar, por más que estiré la oreja. 
¿Estarán reflexionando sobre el estilo de la novela o me estarán mentando a la madre?- me preguntaba.
Para distraerme me puse a echar fotos con mi móvil nuevo, aunque no encontraba el zoom, por eso en la foto no salen todos. Así que esto es parte de 4ºA:





¿A que viendo la foto parecen alumnos formalitos, estudiosos y centrados?  ¿A que dan el pego? Ahí están, todos desparramando sus letras por el folio, tan calladitos, tan concentrados, tan interesados en su trabajo. ¿No te resultan entrañables? ¿Sí? Pues espera a verlos un jueves a quinta hora o esos días en que para terminar la lección les quito cinco segundillos de recreo.

 Luego llegué a casa y leí sus exámenes por el final, es decir, empecé por las opiniones personales y, con alguna falta de ortografía (ejem, ejem), muchos decían que habían disfrutado con las aventuras de Holden Caulfield y alguno hubo incluso que hablaba de la ternura que le inspiraba nuestro héroe, o mejor  nuestro antihéroe.
En el examen había que comentar un texto de la obra, uno que le seguía a este otro:

-Oye Sally -le dije.
-¿Qué?
Estaba mirando a una chica que había al otro lado del bar.
-¿Te has hartado alguna vez de todo? -le dije-. ¿Has pensado alguna vez que a menos que hicieras algo enseguida el mundo se te venía encima? ¿Te gusta el colegio?
-Es un aburrimiento mortal.
-Lo que quiero decir es si lo odias de verdad -le dije-. Pero no es sólo el colegio. Es todo. Odio vivir en Nueva York, odio los taxis y los autobuses de Madison Avenue, con esos conductores que siempre te están gritando que te bajes por la puerta de atrás, y odio que me presenten a tíos que dicen que los Lunt son unos ángeles, y odio subir y bajar siempre en ascensor, y odio a los tipos que me arreglan los pantalones en Brooks, y que la gente no pare de decir...
-No grites, por favor -dijo Sally. Tuvo gracia porque yo ni siquiera gritaba.
-Los coches, por ejemplo -le dije en voz más baja. La gente se vuelve loca por ellos. Se mueren si les hacen un arañazo en la carrocería y siempre están hablando de cuántos kilómetros hacen por litro de gasolina. No han acabado de comprarse uno y ya están pensando en cambiarlo por otro nuevo. A mí no me gustan ni los viejos. No me interesan nada. Preferiría tener un caballo. Al menos un caballo es más humano. Con un caballo puedes...
-No entiendo una palabra de lo que dices -dijo Sally-. Pasas de un...
-¿Sabes una cosa? -continué-. Tú eres probablemente la única razón por la que estoy ahora en Nueva York. Si no fuera por ti no sé ni dónde estaría. Supongo que en algún bosque perdido o algo así. Tú eres lo único que me retiene aquí.
-Eres un encanto -me dijo, pero se le notaba que estaba deseando cambiar de conversación.

Holden Caulfield tiene dieciséis años. Y está dejando de ser niño. Y está empezando a ver que el mundo de los adultos está lleno de hipocresía, lujuria, vicio, falsedad, violencia, estupidez,... ese reino en que todos, quien más, quien menos, acabamos ingresando, irremisiblemente.Y no le gusta, claro. Por eso lo odia casi todo. Por eso lo deprime casi todo. ¿No te ha pasado esto nunca?
Los de 4ºB se empezaron a deprimir cuando les dije que solo tenían media hora para hacer el examen. O sea, que empezaron a odiarme cuando les dije que había que ser precisos y escuetos. Mira cómo fatigan sus lápices, mira cómo estrujan sus mentes:




Luego muchos compararon a Holden con aquellos románticos del XIX, desazonados, angustiados, atristados (maestro, me he inventado una palabra parasintética, para que veas que te escucho). Huyendo de aquella sociedad que les atormentaba se refugiaban en el pasado medieval o en países lejanos y exóticos. Así eran aquellos ornitorrincos románticos. Holden, por su parte, se alivia pensando en una cosa absurda.

Pero no la oí. Estaba pensando en otra cosa. En una cosa absurda.
-¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir?
-¿Qué?
-¿Te acuerdas de esa canción que dice "Si un cuerpo coge a otro cuerpo, cuando van entre el centeno..."? Me gustaría...
-Es "Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno" -dijo Phoebe-. Y es un poema. Un poema de Robert Burns.
-Ya sé que es un poema de Robert Burns.
Tenía razón. Es "Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo" -le dije-, pero, verás. Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan en él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.

¿No crees que es precioso? Yo me veo también como Holden. La función de los profesores se parece un poco a eso. Estamos al borde de un precipicio y nuestro trabajo consiste en evitar que los niños caigan en él. Hay que salvarlos. No podemos dejar que se despeñen por el barranco de la crapulosa ignorancia, de la perra apatía, de la chatura mental.
Para que puedan seguir jugando entre el centeno.
La educación debe servir para que el campo de centeno se llene también de trigo, de lirios, de palmeras, de jacarandás, de dragos, de hayas, de margaritas, de robles y de cattleyas, como en las novelas de Proust.

Yo estoy encantado con mis alumnos de 4º porque aunque se quejan tanto como Holden también tienen su misma sensibilidad y su mismo encanto. O sea que son encantadores.
Pero no vayas a decírselo, que se confían, se relajan y luego no me atienden.

9 comentarios:

  1. Eva María dijo...

    Felicito al profesor o profesora que haya recomendado dicho libro. Por experiencia propia puedo decir que es un buen libro y me alegro, por tanto, de haber tenido la oportunidad de disfrutarlo.
    Alguna vez en nuestras vidas hemos odiado a algún profesor de Lengua y Literatura cuando además de tener media hora para hacer un examen, te dice al final en la corrección de éste que "está aceptable".
    Un beso enorme para el autor de este artículo.

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  2. Si no nos quejamos, no somos nosotros, así que aunque nos guste, no vamos a reconocertelo! Eso tenlo por seguro. Aunque digamos que nos mandas estos libros para amargarnos, sabemos que detrás de cada libro hay un significado, una lección para la vida, que algunos no llegan a saber, y que otros las agradecen con sonrisas al terminar el examen.
    Y si nos tienes tanto aprecio, no bromees con el tiempo para hacer el examen, eso hace que la ira se acumule, y eso no te conviene .. jaja.
    Un beso, y gracias por ser nuestro Guardián entre el Centeno.
    P.D: Ya sabemos que somos encantadores, y aunque digas que no, nuestras caras de apatía (según tú) demuestran que te escuchamos en clase ;P

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  3. Estoy con Belén! Yo mejor no me hubiera expresado =)

    Y 2º generalizando se apretáis los codos hasta llegar a 4º y entonces ya os dedicarán entradas... Con las prisas!

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  4. Eva: "aceptable" es una califición positiva. No seas tan tiquismiquis. Y muy bien ese conector de consecuencia (por tanto). Veo que lees los apuntes que te doy. Un beso, guapa. Y ánimo con los exámenes finales.

    Belén: prefiero que estéis airados antes que apáticos. Así que he pensado que para el próximo examen (La casa de Bernarda Alba, recuerda)dispondréis de solo quince bellos e intensos minutitos. Un beso. Por cierto, ¿cómo van esas luces de bohemia?

    Esther: tú ya sabes que 2ºB es mi curso favorito. Siempre os estoy escribiendo artículos en mi corazón (¿ha quedado muy cursi?)

    Lucía: relájate, hija, y dale caña a las cartas de Stephan Zweig.. Ya te tengo preparado el siguiente libro. Y ya te he buscado el premio por ser la mejor poetisa del Fuente Nueva.

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  5. Yo estoy muy relajada =)solo que últimamente ando de muy mal humor cosas de mujeres... jajajaja
    El libro de Cartas de una desconocida, la verdad, es muy fácil de leer, te lo puedes leer prácticamente en un día, pero claro... si tienes tiempo libre.
    ¿Y qué libro es? Espero que me sorprendas, y perdona que te diga seré la mejor poetisa, pero tengo título de segundona, Joaquín no me deja vivir. xD

    Un saludo, pelos punky xD

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  6. Si ya se acumula ira con eso de la media hora, tú dices que solo tenemos 15 minutos y no tienes coche para volverte a sevilla ... Después no digas que no hemos avisado eeh? jaja
    Luces de bohemia ... necesito un poco más de tiempo, ultimamente tengo poco tiempo!
    Y ya puedes ir buscandote un alojamiento, que el 22 te quedas con nosotros SI O TAMBIÉN, no hay elección ;)

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  7. Uy Belén que interesada se te ve en que Víctor venga la nuestra fiesta ¬¬ jajajajaja es broma hombre, claro que si tenéis que venir los profesores así más enrollados y más fiesteros xD
    Porque si no estamos a las 6 de la mañana unos pocos, Belén...
    Pero vamos que seguro que va a ser una pedazo de fiesta, yo me voy a currar con mi "churri" un discurso que se van a quedar todos con la boca abierta =)
    Bueno que me enrollo xD que estoy aburria y no veas...

    Un saludo geenteeeee! =D

    PD: Os dejo la letra de un cachito de una canción que me encanta. (L)


    Y si tengo que morirme
    Que me muera en primavera
    Pa poder echar raices
    Y vivir siempre a tu vera
    Y si tienes que marcharte,
    Llévame en una maleta
    Yo prometo no pesarte,
    Tu procura no perderla...


    Estopa - tragicomedia

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  8. Jajaja ya lo sabía Víctor, tu también eres nuestro profe preferido en el fondo muy fondo de nuestros corazones jajaja.

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